jueves, 20 de agosto de 2009

Las Animitas, panorama general


Ninguno tuvo una vida ejemplar, pero sus fieles creen en ellos a pie juntillas, aquí recordamos a esos difuntos que se han hecho famosos gracias a la devoción popular. Y a uno que otro milagro pagado con velas y flores plásticas.
Las muertes súbitas están marcadas por la brusquedad con que acontecen, sin mediar extremaunción ni confesión de pecados. Por eso, el pueblo cree que el alma del difunto debe saldar sus cuentas. Para algunos, esa es razón suficiente para marcar el sitio donde mueren estas personas, y así ocurre con las numerosas iglesias en miniatura que se encuentran a la orilla de la carretera, recordando algún accidente.

He ahí la razón del templete, de las grutas, de las casitas a medida del ánima que construyen testigos anónimos, generalmente desconocidos para el difunto y sus familiares

Pero como nada es gratis, ni en la vida ni en la muerte, cuando los fieles le piden favores al muerto deben dar algo a cambio. Se comprometen a rezar por el eterno descanso de su alma a sabiendas de que no hay nadie más cobradora que una animita.

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